El ser cristiano no tiene por qué implicar que seas de derechas.
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martes, 9 de marzo de 2010

Fariseos


Cada cual tiene su manera de orar. Hay miles. Yo utilizo una muy fácil y muy moderna. Estoy apuntado a la Lectura del Día, y cada mañana, lo primero que veo en mi correo electrónico son las lecturas que se hacen en la misa diaria, además de un pequeño comentario sobre estas.
Me gustan estas lecturas porque se interpretan de una manera progresista, con el espíritu del Vaticano II y lejos de lo que hoy, por desgracia, reina en las altas esferas de la Iglesia Católica.
En la lectura del Evangelio del Domingo pasado me envían un comentario que me ha dado que pensar, y sobre todo me ha dado esperanzas, porque aún sigue habiendo dentro de la Iglesia gente que no ha perdido el norte del Evangelio.
El texto era la parábola de la higuera en la viña. Y el comentario dice así, entre otras cosas:

Vivimos en sociedades llamadas cristianas. "Occidental y cristiana" se decía, y los frutos fueron torturas, desapariciones, asesinatos, delaciones, miedo, desesperanza. y más todavía: hambre, desocupación, analfabetismo, falta de salud y vivienda, desesperanza y "por los frutos se conoce el árbol".
Hoy, muchos llamados cristianos siguen viviendo su fe muy lejos de los frutos de amor y justicia que nos pide el Evangelio: participan de mesas de dinero, de la tiranía del mercado, pagan sueldos "estrictamente «justos»" y precisamente bajos, están afiliados a partidos que nada tienen que ver con la Doctrina Social de la Iglesia (¿se puede - por ejemplo- ser cristiano y neo- liberal? ¡ciertamente no!).
¿Y los frutos? Individualismo, hambre, pobreza. Así, por ejemplo, vemos que uno de los problemas que tenemos en América Latina para el reconocimiento "oficial" de nuestros mártires es que quienes los han matado "se llaman ellos mismos cristianos!", y esto desconcierta a muchos.
¡Cuántos se llaman cristianos entre nosotros! ¡Cuántos son "cristianos comprometidos" participantes de misas y movimientos!. Pero también, ¡cuánto es el escándalo!


"Dios mío: quiero pedirte perdón hoy por haberme olvidado de lo más importante: que eres mi Padre; Señor, nunca más quiero tenerte miedo, soy tu hijo y no tu esclavo. Desde hoy en adelante quiero que estés contento conmigo. Quiero demostrarte con hechos, y no con meras palabras, que te quiero. quiero amarte en cada hombre que me salga al encuentro, porque ésa es tu voluntad. Quiero sufrir con mis hermanos que están sin trabajo, quiero sentir como mía la angustia de miles y miles de jubilados. Haz, Señor, que como Tú, pase por la vida desparramando amor" (Carlos Mugica, http://carlosmugica.com.ar).

Las lecturas del día las podéis encontrar en http://www.lecturadeldia.com/

1 comentario:

  1. Es muy bueno lo que has compartido, estando de acuedo con muchos sentires expresados.

    Cariños

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